Pensaba que una grúa me quitaría la movilidad reducida que
tengo, pero es al revés. Sigo haciendo lo de siempre, y bastante más.
Todos los días de mi
vida me he puesto de pie con la ayuda de
mi marido y eso me ayuda ahora, él trabaja y no está siempre.
A veces soy inteligente aunque no mucho, porque lo tenía que
haber hecho antes.
Es nefasto pasar todo un día en una silla de ruedas. desde hace 5 meses estoy sólo la
mitad, 8 horas antes 16, haciendo cosas sí pero sentada. Cambié mi casa y
encontré el sillón. Me tumba, incorpora, da masajes, alza mis piernas, corrijo
postura. Escribo y más con una mesa
portátil. Pero necesitaba una grúa para
ponerme en el sillón cuando no está mi marido.
Al principio me la dejó la CRUZ ROJA de Guadalajara,
GRACIAS.
Y busqué a quien me ayudara a hacer ejercicio por la tarde. Más o menos esto, pero yo no ando. Tampoco fue idea mía.
Continuará…
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