Sueños
de libertad
Si
la luna viniera a buscarme ésta noche vería que ya desperté.
¡Es
tan fácil dejarte llevar! Ir de víctima, no luchar por lo que quieres, ni
agarrarte a lo poco o mucho que tienes. Nos gusta tanto sufrir, unos llaman la
atención así, otros nos quedamos paralizados en el fondo... y cuando de verdad
venga el Dolor ¿qué vamos hacer?
Si
la luna olvidara mi nombre gritaría que estoy aquí.
Qué
difícil es vivir. Mirar al frente, seguir, tener la conciencia tranquila,
sonreír. Saber que a todos no les vamos a gustar, que muchos me juzgaran porque
no saben que mi silla de ruedas sólo me ayuda a vivir, porque no saben que
acepté mis limitaciones hace tiempo... falta que ellos, algún día, acepten las
suyas.
Lo
raro es vivir, que decía Martín Gaite.
Si
la luna bebiera mi alma sabría de mis sueños de libertad.
Sólo
eres lo que sientas que eres.
Soy
una mujer simpática, confundida a veces, enamorada, que adora escribir, que
sabe soñar. Una enfermedad no es una prisión, ni una silla de ruedas, aunque a
veces la sienta como tal... muchas otras veces no me hace falta soñar para
saber volar, para sentirme libre. Atan mucho más los sentimientos, quizá con
delicadas cadenas de amor y ternura que se han mezclado con mis sueños de
libertad... y de las que no me quiero desprender.